CAFETERÍA EN EL INTERIOR DE UN JARDÍN VERTICAL
Elche, 2014El proyecto tiene la intención de no competir con todos los elementos históricos que rodean al lugar, y que, en todo caso, el verde del jardín vertical fuera la mayor atracción del proyecto. Por tanto, el jardín no sólo responde a un revestimiento, sino que se transforma en un volumen que almacena todo el programa que se solicita.
- Superficie: 20 m2 + 120 m2 de terraza
- PEM: 75.000 €
- Arquitecto: Antonio Maciá Mateu
- Colaboradores: Ana Mora Vitoria
Laura Brotons Martínez
Verónica Leuzzi Betosini - Dirección de obra: Rebeca Cebrián
- Dirección de ejecución material: Elena Rogel
- Iluminación: tecnoluz.com
- Vegetación: paisajismo urbano, sl
- Promotor: MUSEUM
- Fotografía:
David Frutos
Paisajismo Urbano
Elche Diario
El ayuntamiento sacó a concurso en el 2013 una serie de espacios urbanos, en total fueron 35, donde poder construirse kioscos y/o cafeterías. El nº 25 fue la plaza de Santa Isabel, un lugar muy idóneo para la colocación de un punto de encuentro, de modo que la construcción de una cafetería en esa localización sería muy buena. El espacio destinado a la intervención constaba de 140m2, con un acabado en tierra, delimitada en una medianera desnuda que pertenece a una vivienda del s.XIX. Además, la ubicación está rodeada por grandes monumentos y patrimonios de la ciudad, como son el Palmeral, la Iglesia de Santa Maria (S. XIII), la torre de la Calahorra (parte de la muralla árabe del S.XII), o el Palacio de Altamira (S.XV).
El concurso solicitaba la colocación en la medianera de un jardín vertical, una cafetería de 20m2 y una terraza que ocupara toda la zona de tierra.
Por tanto, el concurso era muy sugerente y nos suscitó ciertas cuestiones al respecto, como: ¿cómo actuar en un entorno con tal bagaje histórico? ¿Debe nuestra intervención expresarse en términos contemporáneos, miméticos…? ¿Optamos, pues, por una arquitectura con o sin presencia tectónica?
La propuesta que hicimos tenía la intención de no competir con todos los elementos históricos que rodean al lugar, y que, en todo caso, el verde del jardín vertical fuera la mayor atracción del proyecto. Por tanto, el jardín no sólo responde a un revestimiento, sino que se transforma en un volumen que almacena todo el programa que se solicita, un baño, unos almacenes y la cafetería, que se construyó en seco. El resto del espacio se dejaba para una terraza levantada del suelo, que parece que flote con respecto al suelo.
EL jardín tiene una estructura triangulada de perfiles metálicos con forma de cuadrado que está sujeta a la medianera. Esta, a su vez, está recubierta por una capa de PVC de 10mm y una lámina de doble capa de fieltro que sirven para el paso de las instalaciones de goteo y todo el sistema de plantación hidropónica. Todo el conjunto está diseñado para dar cabida en su interior al resto del programa. Además de los requisitos que proponía el concurso, se ha proyectado una zona para conciertos in live y un sistema para proyectar películas al aire libre.
El jardín consta de 105m2 y 3000 plantas mediterráneas, donde algunas son endémicas y otras más singulares, y que conforman un mosaico tridimensional, lo que proporciona un valor botánico elevado. Entre las plantas aparecen desde Mirtos, hipéricos, Carex, hasta Lampratos; todas ellas plantadas mediante un sistema hidropónico, y seleccionadas para la no utilización de productos fitosanitarios en su mantenimiento. Además, se destaca que el jardín funciona como un elemento vivo más de la ciudad, ya que respira e inspira. Es capaz de “inspirar” 70 toneladas de CO2, cerca de 26 kg de metales pesados en el ambiente y cerca de 14 kg de polvo en suspensión al año; y de “expirar” tanto oxígeno como el que necesitan 100 personas al día.
La colaboración de artistas locales, con el propietario y con el equipo de diseño ha producido una acción artística con la utilización de las telas de las cinco sombrillas, a modo de lienzo, que están situadas en la zona de terraza. Las obras tendrán como tema los cinco sentidos.
El ayuntamiento sacó a concurso en el 2013 una serie de espacios urbanos, en total fueron 35, donde poder construirse kioscos y/o cafeterías. El nº 25 fue la plaza de Santa Isabel, un lugar muy idóneo para la colocación de un punto de encuentro, de modo que la construcción de una cafetería en esa localización sería muy buena. El espacio destinado a la intervención constaba de 140m2, con un acabado en tierra, delimitada en una medianera desnuda que pertenece a una vivienda del s.XIX. Además, la ubicación está rodeada por grandes monumentos y patrimonios de la ciudad, como son el Palmeral, la Iglesia de Santa Maria (S. XIII), la torre de la Calahorra (parte de la muralla árabe del S.XII), o el Palacio de Altamira (S.XV).
El concurso solicitaba la colocación en la medianera de un jardín vertical, una cafetería de 20m2 y una terraza que ocupara toda la zona de tierra.
Por tanto, el concurso era muy sugerente y nos suscitó ciertas cuestiones al respecto, como: ¿cómo actuar en un entorno con tal bagaje histórico? ¿Debe nuestra intervención expresarse en términos contemporáneos, miméticos…? ¿Optamos, pues, por una arquitectura con o sin presencia tectónica?
La propuesta que hicimos tenía la intención de no competir con todos los elementos históricos que rodean al lugar, y que, en todo caso, el verde del jardín vertical fuera la mayor atracción del proyecto. Por tanto, el jardín no sólo responde a un revestimiento, sino que se transforma en un volumen que almacena todo el programa que se solicita, un baño, unos almacenes y la cafetería, que se construyó en seco. El resto del espacio se dejaba para una terraza levantada del suelo, que parece que flote con respecto al suelo.
EL jardín tiene una estructura triangulada de perfiles metálicos con forma de cuadrado que está sujeta a la medianera. Esta, a su vez, está recubierta por una capa de PVC de 10mm y una lámina de doble capa de fieltro que sirven para el paso de las instalaciones de goteo y todo el sistema de plantación hidropónica. Todo el conjunto está diseñado para dar cabida en su interior al resto del programa. Además de los requisitos que proponía el concurso, se ha proyectado una zona para conciertos in live y un sistema para proyectar películas al aire libre.
El jardín consta de 105m2 y 3000 plantas mediterráneas, donde algunas son endémicas y otras más singulares, y que conforman un mosaico tridimensional, lo que proporciona un valor botánico elevado. Entre las plantas aparecen desde Mirtos, hipéricos, Carex, hasta Lampratos; todas ellas plantadas mediante un sistema hidropónico, y seleccionadas para la no utilización de productos fitosanitarios en su mantenimiento. Además, se destaca que el jardín funciona como un elemento vivo más de la ciudad, ya que respira e inspira. Es capaz de “inspirar” 70 toneladas de CO2, cerca de 26 kg de metales pesados en el ambiente y cerca de 14 kg de polvo en suspensión al año; y de “expirar” tanto oxígeno como el que necesitan 100 personas al día.
La colaboración de artistas locales, con el propietario y con el equipo de diseño ha producido una acción artística con la utilización de las telas de las cinco sombrillas, a modo de lienzo, que están situadas en la zona de terraza. Las obras tendrán como tema los cinco sentidos.