Intramuros Store. Reforma local comercial
Alicante, 2017En la tienda Intramuros, cada espacio que se atraviesa en el recorrido lineal, tiende a reflejar la narrativa que el autor de “La casa de las hojas” utiliza para contar el paso de una estancia a otra de la casa que describe a lo largo de la novela.
- Superficie: 485m2
- PEM: 116.765 €
- Arquitecto: Antonio Maciá Mateu
- Colaboradores: Ana Mora Vitoria
- Aparejador: Francisco Rodríguez Navarro
- Fotógrafo: David Frutos
ARQUITECTURA Y LITERATURA EN EL ESPACIO INTRAMUROS
“… descubre que la casa presenta una anomalía arquitectónica singular: su espacio interior es ligeramente más grande que el que debería ocupar según sus dimensiones exteriores. ”
La reseñan inicial es del escritor Mark Z. Danielewski de su “La casa de las hojas”. El proyecto para el espacio de diseño de intramuros está basado lo dicho en la novela y la manera en la que describe la transición entre espacios recorridos.
En la novela se enfatiza la contraposición entre la sensación de un espacio pequeño percibido desde el exterior y su grandeza si se mira desde el interior. El local que se presenta ante el estudio daba esa misma sensación, que junto a la subdivisión de su interior en tres partes, hace la homología con un libro, en tres capítulos.
Capítulo 1. La entrada.
El primer espacio que catalogamos es el más visible desde la calle, el escaparate que ha de llamar la atención de los transeúntes y donde se exponen los mobiliarios de las diferentes clases; el de interior, el de exterior y las piezas de iluminación. Para este capítulo se decide acentuar la relación interior y exterior, por lo que se extiende la acera hacia el interior del local, a modo de prolongación del espacio público u del escaparate/exposición porque los objetos de interior quedarán en el interior del local, y los de exterior quedarán expuesto en este espacio semipúblico. Ambos mundos quedan dividido por una franja amarilla que fuerza al usuario a realizar un recorrido determinado.
Capítulo 2. La transición.
El 2º capítulos comienzan con la acera amarilla que lleva a una segunda altura donde están las oficinas y las salas de reuniones entre los diferentes diseñadores, arquitectos y clientes. Para dar mayor interés a este espacio, se le realiza a modo de escultura una estructura tenada tridimensional, constituida por kilómetros de hilos de cordoneras de los zapatos gracias a la colaboración de unos almacenes de complementos de calzados ilicitanos, situada en el techo. Para resolver la protección frente a caídas de la escalera, se diseña una barandilla conformada por una línea de acero de 2cm de diámetro que al estar preflectada y colgada, y con ayuda de la gravedad, permite tener una rectitud casi perfecta. Ambas estructuras, conforman la zona de transición.
Capítulo 3. La vivienda tras el túnel.
Los arquitecto F.Ll Wright y Adolf Loos usaban el espacio como alteradores perceptivos, pasaban de espacios pequeños y oscuros a grandes y bien iluminados, como aparece en sus ejemplos de las casas Robbie en Chicago de Wright o en la casa Tristan Tzara en París de Loos. Este recurso se provoca en Intramuros gracias a la reducción de un pasillo que conecta con el siguiente capítulo, una vivienda completa amueblada. El pasillo pasa a ser un túnel que se estrecha de manera significativa provocando en el usuario cierto malestar al recorrerlo. De este modo, al pasar al espacio de la vivienda de doble altura, con 5,5 m de altura, la sensación se magnifica dando la sensación de estar en un espacio más amplio y luminoso de lo que realmente es. La vivienda se amuebla en todas las estancias, dormitorios, vestidor, baños, salón, comedor y cocina, y una terraza cubierta por un policarbonato.
En definitiva, cada espacio que se atraviesa en el recorrido lineal de Intramuros, tiende a reflejar la narrativa que el autor de “La casa de las hojas” utiliza para contar el paso de una estancia a otra de la casa que describe a lo largo de la novela.
ARQUITECTURA Y LITERATURA EN EL ESPACIO INTRAMUROS
“… descubre que la casa presenta una anomalía arquitectónica singular: su espacio interior es ligeramente más grande que el que debería ocupar según sus dimensiones exteriores. ”
La reseñan inicial es del escritor Mark Z. Danielewski de su “La casa de las hojas”. El proyecto para el espacio de diseño de intramuros está basado lo dicho en la novela y la manera en la que describe la transición entre espacios recorridos.
En la novela se enfatiza la contraposición entre la sensación de un espacio pequeño percibido desde el exterior y su grandeza si se mira desde el interior. El local que se presenta ante el estudio daba esa misma sensación, que junto a la subdivisión de su interior en tres partes, hace la homología con un libro, en tres capítulos.
Capítulo 1. La entrada.
El primer espacio que catalogamos es el más visible desde la calle, el escaparate que ha de llamar la atención de los transeúntes y donde se exponen los mobiliarios de las diferentes clases; el de interior, el de exterior y las piezas de iluminación. Para este capítulo se decide acentuar la relación interior y exterior, por lo que se extiende la acera hacia el interior del local, a modo de prolongación del espacio público u del escaparate/exposición porque los objetos de interior quedarán en el interior del local, y los de exterior quedarán expuesto en este espacio semipúblico. Ambos mundos quedan dividido por una franja amarilla que fuerza al usuario a realizar un recorrido determinado.
Capítulo 2. La transición.
El 2º capítulos comienzan con la acera amarilla que lleva a una segunda altura donde están las oficinas y las salas de reuniones entre los diferentes diseñadores, arquitectos y clientes. Para dar mayor interés a este espacio, se le realiza a modo de escultura una estructura tenada tridimensional, constituida por kilómetros de hilos de cordoneras de los zapatos gracias a la colaboración de unos almacenes de complementos de calzados ilicitanos, situada en el techo. Para resolver la protección frente a caídas de la escalera, se diseña una barandilla conformada por una línea de acero de 2cm de diámetro que al estar preflectada y colgada, y con ayuda de la gravedad, permite tener una rectitud casi perfecta. Ambas estructuras, conforman la zona de transición.
Capítulo 3. La vivienda tras el túnel.
Los arquitecto F.Ll Wright y Adolf Loos usaban el espacio como alteradores perceptivos, pasaban de espacios pequeños y oscuros a grandes y bien iluminados, como aparece en sus ejemplos de las casas Robbie en Chicago de Wright o en la casa Tristan Tzara en París de Loos. Este recurso se provoca en Intramuros gracias a la reducción de un pasillo que conecta con el siguiente capítulo, una vivienda completa amueblada. El pasillo pasa a ser un túnel que se estrecha de manera significativa provocando en el usuario cierto malestar al recorrerlo. De este modo, al pasar al espacio de la vivienda de doble altura, con 5,5 m de altura, la sensación se magnifica dando la sensación de estar en un espacio más amplio y luminoso de lo que realmente es. La vivienda se amuebla en todas las estancias, dormitorios, vestidor, baños, salón, comedor y cocina, y una terraza cubierta por un policarbonato.
En definitiva, cada espacio que se atraviesa en el recorrido lineal de Intramuros, tiende a reflejar la narrativa que el autor de “La casa de las hojas” utiliza para contar el paso de una estancia a otra de la casa que describe a lo largo de la novela.